Jugando a ser Dios.




Primero de noviembre de 2009, Pekín, Republica Popular China. La ciudad y sus alrededores, luego de más de cien días de sequía, amanecen cubiertos por unos cuantos centímetros de nieve. Es la primer nevada de la temporada, la gente se alegra, los medios locales festejan la tan esperada llegada de precipitaciones. El blanco de la nieve genera un paisaje pintoresco en las calles de la capital china, como también lo genera en cualquier lugar del mundo que cubre. Hasta el momento nada parece extraño, simplemente es agua que cae de las nubes y debido a las bajas temperaturas se congela creando cristales que al llegar a la superficie se acumulan. La única diferencia con las nevadas a las que estamos acostumbrados es que la citada en este texto, increíblemente, fue generada por el hombre. Nueve años luego del comienzo del siglo XXI el ser humano tiene la capacidad de modificar el clima. Nuestro veloz cerebro al tiempo que lee estas líneas ya imagina mil aplicaciones de esta asombrosa tecnología. Desde las mas frívolas como conseguir una noche estrellada para acompañar una cena romántica o evitar la lluvia en un partido de fútbol, hasta las productivas (por llamarlo de alguna manera) como generar lluvias para ampliar las zonas de cultivos o evitar sequías. Lo que no tenemos en cuenta es que no todos pensamos igual, como hubo gente que invirtió su vida (y muchos millones de dólares) en programas de investigación y nuevas tecnologías para generar armas nucleares o de destrucción masiva, hay mucha gente que podría mirar el control del clima con otros ojos. Un país que sufre una sequía total por un par de años no tiene necesidad de ser invadido por un enemigo para perder la soberanía sobre su territorio. En varios años sin posibilidad de generar alimentos o con escasez de agua potable debido a la falta de lluvias, sus habitantes se matarían entre ellos mientras el enemigo observa complacientemente. Un huracán generado artificialmente es miles de veces mas destructivo que un ataque militar convencional, para dar un ejemplo el huracán Katrina genero en apenas siete días daños materiales por 75 mil millones de dólares y dejo mas de 1800 muertos. ¿Será la manipulación del clima el arma del futuro?
Pero volviendo a lo anterior y más inocente, solo imaginemos que los gobiernos utilizaran esta tecnología con fines pacíficos, evitar sequías, evitar el granizo que arruina automóviles, evitar las lluvias durante eventos como podrían ser los juegos olímpicos o un mundial de fútbol. ¿No creen que esto también podría ser catastrófico? El planeta tierra posee millones de variables, ya sean temperaturas del aire, del agua, humedad, vientos, presión atmosférica, etc. que conviven y se modifican mutuamente, generando un equilibrio a nivel mundial que a su vez genera las condiciones climáticas de cada punto de nuestro planeta. Una mínima modificación en alguna de ellas podría producir un desastre natural en algún otro punto del mundo, las modificaciones son regionales (como la nieve en Pekín), pero las consecuencias, sin dudas, son globales. La humedad que se condenso artificialmente, por medio de cohetes de yoduro de plata sobre Pekín, talvez hubiera viajado miles de kilómetros y hubiera precipitado sobre la selva amazónica manteniendo el equilibrio por el cual nuestro planeta sostiene la vida de millones de especies animales y vegetales. Esta tormenta de nieve en china generó 38 muertes entre accidentes de transito y otras fatalidades relacionadas al clima, y quien sabe que generará en otros puntos del mundo, ¿pueden, los artífices de esta revolución climatológica, dormir tranquilos jugando a ser dios?








3 Comentarios. Si le gustó, hágalo saber.:

Coffee dijo...

ZzzzzZZzzZZZzzzz...


Coffee dijo...

:D


Anónimo dijo...

algo asi vi en discovery channel la otra vez...


Publicar un comentario